agricultura
La reforma tributaria alivia la presión fiscal de los agricultores
La nueva fiscalidad para el campo incluye deducciones para los beneficios que se inviertan en las empresas
Los agricultores y ganaderos se enfrentan a numerosas novedades en materia fiscal tras la aprobación de la reforma tributaria impulsada por el Gobierno central, cuyas obligaciones han recogido buena parte de las demandas del campo. Entre ellas, Asaja Sevilla destaca el mantenimiento del sistema de estimación objetiva o de módulos, un régimen simplificado de declaración por el que tributan la gran mayoría de las explotaciones agrarias en Andalucía; y en segundo lugar, la subida respecto al Anteproyecto del umbral de ingresos máximos anuales exigidos al agricultor para permanecer tributando por módulos, que se eleva de 200.000 a 250.000 euros.
Ello implica que «si durante este año los ingresos de una explotación superan esos 250.000 euros, en el próximo ejercicio (2016) el titular saldría del régimen de módulos y estaría obligado a tributar por el sistema de estimación directa, donde las exigencias contables son mucho más complejas», recuerda el secretario general de la organización, Eduardo Martín.
En este sentido avanza que, como excepción, las sociedades civiles agrícolas, ganaderas y forestales podrán seguir en 2016 tributando por módulos, sin necesidad de pasar al Impuesto sobre Sociedades y, por tanto, al sistema de estimación directa obligatorio para el resto de sociedades que tienen objeto mercantil.
En materia de IRPF, como aspecto novedoso la patronal agraria destaca «la desaparición de la reducción del 20% por mantenimiento de empleo», medida vigente desde 2009 a 2014, así como que «la deducción por gastos de difícil justificación se limita a 2.000 euros máximo, en lugar de aplicarse el 5% del resultado como venía siendo lo habitual hasta ahora».
Impuesto de Sociedades
En cuanto a las medidas que afectan al Impuesto sobre Sociedades, los cambios principales que trae de la mano la reforma son, en primer lugar, que se limita al 1% la deducción de las atenciones a terceros del importe neto de la cifra de negocio, cuando antes no había coto alguno.
En segundo lugar, se incentiva la capitalización de las empresas mediante una nueva reducción por la creación de una reserva de capitalización que permitirá reducir la base en un 10% del incremento de los fondos propios obtenido en el ejercicio, medida aplaudida por el sector agrario.
Esa reducción libre de impuestos permitirá incrementar los fondospropios de la empresa con los que acometer futuros proyectos sin necesidad de financiación externa, sin que haya restricción alguna en cuanto al tamaño de las empresas que podrán utilizar dicho beneficio.
Por último, uno de los aspectos «más positivos» en materia de fiscalidad agraria es que el tipo de tributación general pasa al 25% en 2016, sin distinción del tamaño empresarial, lo que sin duda «vendrá a simplificar la tramitación de la declaración de los agricultores y ganaderos», destaca Asaja Sevilla.
Hasta ahora, las grandes firmas tributaban al 30%, cinco puntos más de lo que lo hacían las pymes. Esto hacía que algunas empresas medianas en disposición de dar el salto a gran empresa, prefirieran frenar su crecimiento para no soportar una tributación mayor.
No obstante, durante este año se abre un periodo transitorio y el tipo general será del 28%. Además, para las empresas de nueva creación, la reforma establece un tipo reducido del 15% a aplicar en los dos primeros ejercicios con beneficios.
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