Compostela recibe de nuevo a un Papa 28 años después de la visita de Juan Pablo II, quien, en aquella Europa de la Guerra Fría, animó los católicos del continente a ser «faro de civilización» y «estímulo de progreso»
Distintas imágenes del predecesor de Benedicto XVI (Fotos: ABC)
JUAN VICENTE BOO | CORRESPONSAL EN ROMA
Cuando Benedicto XVI llegue al «Finis Terrae» de los romanos y baje a la cripta de Santiago «el hijo del trueno» se encontrara con una placa en bronce que recuerda las palabras de Juan Pablo II en 1982. El intenso viaje del Papa polaco a España, iniciado el 31 de octubre en Madrid, se cerró el 9 de noviembre en Compostela con un grandioso llamamiento a Europa que forma parte de la historia del continente.
«Desde Santiago te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes».
«Juan Pablo II lanzó en Compostela un grandioso llamamiento a Europa»
El poderoso llamamiento de Juan Pablo II en la catedral de Santiago ante representantes de la cultura, la política y la Iglesia de todas las naciones europeas era un programa para el futuro: «Reconstruye tu unidad espiritual en un clima de respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. No te enorgullezcas por tus conquistas hasta olvidar sus posibles consecuencias negativas. No te deprimas por la pérdida cuantitativa de tu grandeza en el mundo o por las crisis sociales y culturales que te afectan ahora…».
«Podemos»
A la Europa de 1982, todavía dividida por el Telón de Acero, amenazada por la Unión Soviética y esclava de dictaduras en su mitad oriental, el Papa le aseguraba que «Tú puedes ser todavía faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo. Los demás continentes te miran y esperan de ti la misma respuesta que Santiago dio a Cristo: ¡podemos!».
«El Camino es una de las raíces espirituales que Benedicto XVI sigue cultivando»
Era una visión optimista, apoyada en gigantes de la civilización como San Benito de Nursia, evangelizadores como San Cirilo y San Metodio, y también en la milenaria historia del Camino de Santiago como elemento de unión del Continente.
El Papa de la Galicia oriental (dividida hoy entre Polonia y Ucrania) recordaba en la Galicia occidental que por el Camino venían «desde los reyes a los más humildes habitantes de las aldeas», venían «santos como Francisco de Asís y Brígida de Suecia», lo mismo que «pecadores públicos en busca de penitencia».
El Camino es una de las raíces espirituales de Europa que Benedicto XVI sigue cultivando en sus viajes. El Papa alemán, que pidió perdón en Auschwitz por los estragos criminales de la ideología atea nazi, insiste en que los valores cristianos son la mejor garantía para el futuro. Lo hizo en París, en Praga y en Londres. Lo repetirá muy pronto en Compostela.