Los «años de plomo» llegaban a su punto álgido en 1980, el año con mayor número de víctimas de la historia de la banda (98). Entre ellas, fue significativa la del taxista Ignacio Arocena Arbeláiz (43 años).
(Foto: ABC)
Los «años de plomo» llegaban a su punto álgido en 1980, el año con mayor número de víctimas de la historia de la banda (98). Entre ellas, fue significativa la del taxista Ignacio Arocena Arbeláiz (43 años), pues en el comunicado donde se reivindicaba su asesinato -«por ser un confidente y chivato de la Fuerzas de Orden Público»- se hablaba por primera vez de las exigencias para un alto el fuego: la independencia del País Vasco, la retirada de la región de las fuerzas policiales y la excarcelación de los presos de la banda. Como les ocurrió a otros taxistas, los etarras solicitaron sus servicios y, una vez en la carretera, le obligaron a ir a un lugar aparatado para darle el tiro de gracia sin que hubiera testigos.