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Detenida la joven que denunció una agresión homófoba en Chueca por inventarse los hechos

Irene ha sido arrestada este jueves acusada de simulación de delito. Tras acudir al hospital, la afectada relató a los agentes en comisaría el supuesto ataque

La supuesta víctima, ahora detenida, posa para ABC el pasado lunes ISABEL PERMUY
Aitor Santos Moya

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Todo falso. El relato de Irene, la joven de 24 años que denunció una agresión homófoba en Chueca el jueves de la semana pasada, ha terminado por hacer aguas. La Policía Nacional la ha detenido esta misma mañana tras constatar, a través de las cámaras de seguridad de la zona, que no sufrió ningún tipo de ataque. De hecho, fue ella misma la que se cayó en un momento dado, lo que explicaría las heridas mostradas. Este diario contactó con ella el pasado lunes y le ofreció la oportunidad de relatar los hechos denunciados en comisaría. No dudó. Tampoco tuvo reparos en posar para ABC. Al día siguiente, volvió a repetir el discurso en una cadena de televisión nacional. Ahora, desmontado el castillo de naipes, ha sido acusada de simulación de delito.

Todo comenzó al filo de la medianoche del jueves 9. En un punto entre Tribunal y Chueca, del que la hoy detenida advertía no acordarse, la afectada y otra joven que había conocido ese día en casa de una amiga fueron abordadas por un hombre. «Yo iba por la derecha, con el móvil en la mano y la mano dentro del bolsillo del abrigo», rememoraba Irene, antes de sentir un fuerte impacto, que la hizo chocar contra un árbol y rebotar hacia atrás sobre la acera. Al caer, su compañera trató de hacer frente al agresor, que no dudó en arremeter contra ella y tirarla también al suelo. El atacante se volvió entonces hacia Irene y la pateó en reiteradas ocasiones. Un relato aterrador de no ser porque todo era mentira.

«Me empezó a pegar patadas por todo el cuerpo hasta que unos chicos se acercaron y salió corriendo», reconocía a este medio, antes de revelar su atropellado regreso a casa. «Me insistieron en llamar a una ambulancia y a la policía, pero yo solo quería ir a casa», añadía, agradecida al taxista que la recogió, le limpió la sangre de la cara con alcohol y un rollo de papel que llevaba para desinfectar el asiento y no le dejó que pagara la carrera. Al llegar, la 'agredida' informó a su compañero de piso de lo sucedido y decidió difundir en Twitter el supuesto ataque, acompañado de dos fotografías en las que se podían ver los restos de sangre y varios moratones en la cara.

El viernes, Irene pidió a una amiga que la acompañara al hospital, donde los médicos la atendieron de las magulladuras y le entregaron el parte de lesiones. Y ya el sábado, se personó en la comisaría de Arganzuela para interponer la correspondiente denuncia. «Fue todo tan rápido que no le pude ver la cara», incidía el lunes a ABC, al ser cuestionada por su agresor. Lo que sí tenía claro es que el hombre, de no más de 30 años, era moreno, delgado y los insultos homófobos los escuchó en perfecto español. Una radiografía plagada de incongruencias que ha terminado de la peor manera posible.

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