
Ideas para el viaje del PSOE al centro
Tras su giro a la izquierda, el PSOE perdió en las elecciones europeas 3,6 millones de votos. Ante la tentación de una mayor radicalización, ABC propone una decálogo para su moderación
Actualizado: GuardarTras su giro a la izquierda, el PSOE perdió en las elecciones europeas 3,6 millones de votos. Ante la tentación de una mayor radicalización, ABC propone una decálogo para su moderación
123456789101. No caer en la tentación del populismo
Alfredo Pérez Rubalcaba tras una comparecencia en el Congreso - efe El PSOE atraviesa momentos difíciles, reconocía ayer su secretario general saliente, Alfredo Pérez Rubalcaba. El riesgo de un golpe de timón hacia una mayor radicalización existe. También la oportunidad de corregir el rumbo.
El PSOE no encuentra su sitio dentro del espectro ideológico. Tras el descalabro en las generales de 2011 y una larga cadena de fracasos en los comicios autonómicos de 2012, los socialistas optaron en su conferencia política del pasado invierno por girar a la izquierda. Los resultados en las urnas empeoraron. La tentación ahora de avanzar por esa senda y caer en las recetas vacías y espectaculares del populismo que han funcionado a Podemos -y a partidos eurófobos en Francia y el Reino Unido- puede ser fatal.
2. Recuperar la «E» de España
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, junto a Ramon Tremosa - EFE El Partido Socialista Obrero Español ganaba elecciones cuando tenía un discurso nítido sobre la unidad de España. Eran tiempos de Felipe González. La connivencia posterior de José Luis Rodríguez Zapatero con ERC y los nacionalistas acabó difuminando la idea de España, cuya tesis inicial ha desaparecido de siglas territoriales del partido. No saber explicar qué modelo de país defienden está pasando una grave factura al socialismo.
3. No plantear la reforma «federal»
El líder del PSC, Pere Navarro, repasa unos papeles en un momento de la sesión de control del Parlament - efe Va a hacer un año que el PSOE alumbró su propuesta de reformar la Constitución por la vía federal y aún no tiene quien le acompañe en la andadura. Hecha a medida del PSC, esa reforma confunde dentro y fuera del partido, donde no se entiende muy bien cuáles son las ventajas sobre el Estado autonómico que justificarían descoser la Carta Magna.
4. Abandonar la equidistancia
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, posa en su despacho - reuters No es lo mismo condenar la violencia que añadir un «pero» excusatorio cuando procede de grupos de izquierda. No es lo mismo salir en defensa de los intereses españoles en el Peñón que no hacerlo. Tampoco sostener que el derecho a decidir no vale, pero que de todas formas hay que discutirlo. La equidistancia del PSOE en asuntos que afectan a todos los campos de la política no ha sido entendida como un signo de moderación, de responsabilidad y de madurez. Por eso no ha generado confianza en el proyecto socialista, que en las cuestiones que afectan a la convivencia o ante los ataques a España desde dentro o fuera debería abandonar la tibieza.
5. Promover el pacto sanitario
La ministra de sanidad, Ana Mato, tras un consejo de ministros - efe La sanidad no puede seguir siendo un arma arrojadiza. Felipe González y desde el PP el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, formularon la propuesta de un «pacto sanitario» entre partidos y gobiernos que permita garantizar la viabilidad y la mejora del sistema de salud. Espolear los ánimos en la Sanidad y excitar el malestar entre sus profesionales empuja justamente en el sentido contrario. Castigar el Gobierno por los ajustes en este área (y otros) tampoco es lo más aconsejable para un socialismo que en 2010 descerrajó en una mañana a los españoles los mayores recortes de la democracia.
6. Financiación, no hacer un «casus belli»
Varias monedas apiladas - abc Pocos debates tienen capacidad de generar un enfrentamiento espontáneo tan enconado entre los territorios como el de la financiación autonómica. Decir, como se ha hecho desde el PSOE, que se opondrán a la «discriminación» de unas regiones sobre otras es insinuar sin base alguna que el Gobierno prepara un juego sucio para apaciguar a Cataluña, lo que solo contribuye a envenenar de antemano la negociación.
7. La inmigración es un asunto de Estado
Varios inmigrantes en el CETI de Melilla - afp Las actas del Congreso de los tiempos de Zapatero reflejan cómo el PSOE defendía sin fisuras las herramientas, los protocolos y los recursos de la política inmigratoria que se aplica en Ceuta y Melilla y que, salvo mínimo cambio, son las mismas que ahora. Por eso no se entiende que los socialistas hayan convertido la misma valla que sus gobiernos reforzaron y coronaron de concertina en un arma contra el actual Ejecutivo y ataquen a la Guardia Civil que la custodia. Y todo ello sin explicar qué alternativa que proponen para que España pueda controlar sus fronteras, un ejercicio de soberanía al que no renuncia ningún país del mundo.
8. No utilización política de la Justicia
El presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, junto al presidente del TC, Francisco Perez de los Cobos - EFE El Partido Socialista -y el resto de formaciones políticas- no debe hacer una utilización política de los órganos judiciales, como sí ha hecho durante los años que ha estado al frente del Gobierno. La independencia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la Fiscalía General del Estado es un paso esencial para lograr la ansiada independencia de la Justicia.
9. Un consenso en educación
Una niña escribe en la pizarra en un colegio de Córdoba - efe Ningún Gobierno puede cruzarse de brazos ante unos índices de fracaso escolar como los de España. El rechazo del PSOE a la Lomce desde que era un anteproyecto ha sido proporcional a la fuerza con la que los socialistas han intentado capitalizar las protestas que trataban de frenar la reforma. Con la de las Universidades, el PSOE tiene otra oportunidad de aplicarse el consenso que predica.
10. La recuperación sí existe
El Banco de España anunció los primeros síntomas de recuperación - EPA Ni es total, ni es perfecta, pero hay indicadores macroeconómicos que han empezado a dar señales de vida después de años. Sin esos signos no habría posibilidades para la recuperación de «la economía de la calle» aún pendiente. Pero ya están ahí, y con ellos un mínimo repunte del empleo. Negarlo fomenta el pesimismo y no ayuda ni a España ni al PSOE