Las cinco grandes faenas de la temporada taurina
Morante de la Puebla, en un derechazo en La Magdalena - efe
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Las cinco grandes faenas de la temporada taurina

Nuestro crítico, Andrés Amorós, recuerda las mejores obras de los toreros

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Nuestro crítico, Andrés Amorós, recuerda las mejores obras de los toreros

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  1. Morante de la Puebla

    Morante de la Puebla, en un derechazo en La Magdalena
    Morante de la Puebla, en un derechazo en La Magdalena - efe

    Castellón, 28 de marzo. En el quinto toro, de Zalduendo, entusiasmó al público: enlazó verónicas con chicuelinas; inició la faena con ayudados por alto, cargando la suerte; corrió la mano con armonía. Tan a gusto estaba que aguantó sin inmutarse un parón del toro. Perdió las orejas por matar a la tercera pero, después de la estocada, siguió dibujando naturales y adornos. El público levantino reaccionó con palmas por bulerías. Titulé yo: «Torear con belleza al toro mínimo».

  2. Antonio Ferrera

    Ferrera, espectacular en banderillas
    Ferrera, espectacular en banderillas - juan flores

    En Sevilla, el 11 de mayo. «Disparate», de Victorino Martín, un gran toro, le permitió al diestro desplegar su madurez: espectaculares pares de banderillas y naturales lentos, largos, de categoría. Pinchó una vez, antes de la estocada: por eso, sólo cortó una oreja. Después de 17 años de alternativa y muchas cornadas, logró que el público sevillano se entregara por completo a su lidia y su «feliz torería» (el título de mi crónica). Por esta faena, recibió Ferrera todos los premios de la Feria de Abril.

  3. Iván Fandiño

    Iván Fandiño enterró un estoconazo a cuerpo limpio
    Iván Fandiño enterró un estoconazo a cuerpo limpio - PALOMA AGUILAR

    San Isidro, el 13 de mayo. Con el quinto toro de Parladé, logró la segunda oreja y esa Puerta Grande que el año anterior había rozado. Se lució en series de naturales, tragando mucho. Después de una faena medida, todo lo iba a decidir la espada. Se produjo entonces la gran sorpresa: tiró al suelo la muleta y, a cuerpo limpio, se volcó sobre el morrillo. (La suerte que solía hacer Galán y que el mismo Fandiño había intentado en Bilbao pero que buena parte del público no había visto nunca). A costa de un gran topetazo, dejó la espada en lo alto, en una estampa impresionante, que le valió la salida en hombros.

  4. Miguel Ángel Perera

    Miguel Ángel Perera, al natural en Las Ventas
    Miguel Ángel Perera, al natural en Las Ventas - PALOMA AGUILAR

    San Isidro. Ya había abierto la Puerta Grande el 23 de mayo, con toros de Victoriano del Río. El 3 de junio, hacía historia al salir de nuevo a hombros (desde César Rincón no se daba algo semejante), después de cortar las orejas al último toro de Adolfo Martín. Ya tenía mérito anunciarse con esa ganadería. El sexto topaba, embestía sin clase. Nadie esperaba esa faena: tiró del toro, vació por completo la embestida, puso al público de pie, con una demostración rotunda de capacidad y actitud. Comenté yo: «Cuando uno está como Perera ahora, muy pocos toros se le resisten. ¿Qué falta le hace unirse al G-5?» Y recordé el título de Rafael García Serrano: «Cuando los dioses nacían en Extremadura».

  5. Enrique Ponce

    Enrique Ponce
    Enrique Ponce - alberto díaz

    Pontevedra, 2 de agosto. En una temporada de notables gestos (después de la cornada de Valencia, la reaparición en Sevilla y Madrid), esta gran faena, a un noble toro de Alcurrucén, no obtuvo trofeos por el fallo con la espada pero fue una demostración de naturalidad y elegancia. Es muy difícil torear a un toro tan despacio, con tal estética. El propio torero reconocía que pocas veces había estado tan a gusto, en un ruedo.