Paco de Lucía: la discografía del revolucionario del flamenco
Paco de Lucía amplió las fronteras del flamenco en sus más de 30 discos - ABC
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Paco de Lucía: la discografía del revolucionario del flamenco

Los discos del guitarrista son el catálogo de un creador sin igual que cuestionó las reglas del toque, hasta ganarse la admiración del mundo entero

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Los discos del guitarrista son el catálogo de un creador sin igual que cuestionó las reglas del toque, hasta ganarse la admiración del mundo entero

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  1. Los discos imprescindibles del genio del flamenco

    Paco de Lucía amplió las fronteras del flamenco en sus más de 30 discos
    Paco de Lucía amplió las fronteras del flamenco en sus más de 30 discos - ABC

    Hasta su muerte, los dedos de Paco de Lucía (Algeciras, 1947) han escrito algunas de las páginas más bonitas de la historia de la música española y universal. Un vistazo rápido a su discografía es suficiente para saber que nos encontrábamos ante un artista inconmensurable que dejará un hueco imposible de rellenar. Un creador que cuestionó las reglas más ortodoxas del toque flamenco, un revolucionario de los conceptos, las formas y el sentir de ese arte, que terminó ganándose a sus peores críticos hasta ser reconocido como un genio de la guitarra en todo el mundo.

    «Paco consigue que su música le encante al que no entiende de esto»En sus más de 30 discos, Paco de Lucía expandió los límites del flamenco como nadie lo hizo jamás; se atrevió con los clásicos a pesar de no saber leer una partitura ni tener nociones académicas de composición, armonía, instrumentación u orquestación; grabó con algunos de los mejores músicos de jazz de la historia, como John McLaughlin o Al di Meola, e incorporó a su música elementos como la percusión o el bajo eléctrico. Pero, además, siguió componiendo temas de profunda raíz flamenca, alcanzando tal dominio y entendimiento con su instrumento que, como declara Manolo Sanlúcar en un documental de TVE: «Paco consigue que su música le encante al que no entiende de esto y que, al que entiende, le enloquezca».

    Intentemos aquí la tarea imposible de seleccionar los discos más significativos de este genio que ha muerto hoy, en México, a la temprana edad de 66 años.

  2. «Los Chiquitos de Algeciras» (1963)

    «Los Chiquitos de Algeciras» es el primer álbum de Paco de Lucía, grabado junto a su hermano Pepe cuando tenía sólo 16 años. Fue publicado en 1963 por Hispavox y reeditado en 1983 y 2003.

    En los temas de este su primer y precoz disco se puede ver el respeto del jovencísimo guitarrista hacia la tradición flamenca que mostró en sus inicios, con un precioso homenaje a los mayores, como Chacón o El Mellizo. Por aquella época, su padre hacía que Paco practicase infinidad de horas de guitarra al día. Sin duda un duro ejercicio que contribuyó a que se convirtiera en el genio que fue.

    En aquel disco ya aparecía con el nombre «De Lucía», que había quedado ligado a él desde su niñez, ya que, como en su barrio algecireño natal de «La Bajadilla» había muchos Pepes y Pacos, a él le identificaron con el nombre de su madre («Paco, el de Lucía»).

  3. «Al verte las flores lloran» (1969)

    «Al verte las flores lloran», publicado en 1969, es el primer disco de Camarón de la Isla con Paco de Lucía. El productor de éste disco (y de los siguientes) fue, además, el padre del guitarrista, Antonio Sánchez Pecino. Una obra genial e importante para la historia del flamenco, porque con él se dio comienzo a esta mítica unión musical que escribió algunas de las páginas más importantes de la historia del «cante jondo».

    Nacia la pareja más relevante que ha dado este género músical. Ambos se mostraron en este disco como excelentes intérpretes del flamenco más ortodoxo, en una línea que siguieron para grabar otro nueve discos hasta 1977, para después separarse y convertirse en precursores de la apertura de este arte tan tradicional.

  4. «Fuente y caudal» (1973)

    «Fuente y caudal» es el quinto álbum en solitario de Paco de Lucía, editado en 1973 por Fonogram. Fue con este disco, que grabó con 26 años, con el que el guitarrista inició un nuevo ciclo en su carrera, demostrando un nivel de perfección técnica y de estilo que hasta la fecha no habían sido alcanzados por ningún guitarrista flamenco. Y además, marcó un hito en su imagen por la novedad de introducir el acompañamiento de bongós y bajo eléctrico.

    De Lucía reventó las listas de éxitos gracias a «Entre dos aguas», el tema que abre esta obra monumental y que hizo que, a pesar de ahaber editado ya cuatro discos como solista, dejara de ser conocido como el guitarrista de Camarón de la Isla.

    Curiosamente, este tema, posiblemente el más conocido de su carrera, fue grabado casi por accidente. «Paco estaba grabando el disco –comentaba Faustino Núñez a la revista “ Rolling Stone”– y se le quedaba corto, porque sólo tenía siete temas. Pensaron en poner de relleno una rumba que contrastara con el disco».

    Con Jesús Quintero, «El Loco de la Colina», como mánager, esta canción fue un éxito fulminante gracias a su melodía. Algunos han comentado que la parte principal de este tem -que Paco de Lucía compuso pensando en Algeciras, su tierra natal entre las aguas del Atlántico y del Mediterráneo- es una variación de «Te estoy amando locamente», de Las Grecas.

  5. «Friday Night in San Francisco» (1981)

    «Friday night in San Francisco» supuso todo un éxito en la carrera del guitarrista. El milagro se produjo un 5 de diciembre de 1980, cuando tres colosos tan diferentes como Paco de Lucía, John McLaughlin y Al Di Meolna se reunieron en el Warfield Theatre de San Francisco para grabar este conicerto editado en disco un año después, del que se vendieron más de un millón de copias. Una cifra inimaginable para un artista flamenco hasta entonces.

    No fue fácil para los puristas de entonces encontrarse en un mismo trabajo a un artista tan flamenco como De Lucía, que ya era considerado un genio a principios de los 80, con dos de los más grandes guitarristas de jazz de todos los tiempos, uno de los cuales, McLaughlin, hablaba así del de Algeciras en 2004: «Era fantásticamente sencillo trabajar con él. Nunca podré decir bastantes cosas buenas sobre Paco. Él es uno de los grandes guitarristas de nuestro tiempo y, desde luego, el más grande del flamenco actual».

    De la calidad de este disco compuesto por tan solo cinco temas dan buena cuenta cortes como «Mediterranean Sundance» y «Río Ancho», que abren el álbum con un reto impensable entre el español y Di Meola, para luego luego ir turnándose hasta coincidir De Lucía sobre el escenario con el guitarrista inglés, con el que aborda un pieza tan clásica como «Frevo Rasgado», de Egberto Gismonti. Casi ocho minutos en los que ambos maestros muestran su lado más tranquilo en una deliciosa pieza de guitarra clásica con reminiscencias flamencas.

  6. «Solo quiero caminar» (1981)

    En 1981, Paco de Lucía fundó su «Sexteto», con el que revolucionó el concepto de grupo flamenco, para convertirlo en lo que es hoy en día. Junto a sus hermanos Ramón de Algeciras (segunda guitarra), Pepe de Lucía (cante y palmas), Jorge Pardo (saxo y flauta), Rubén Dantas (percusión) y Carles Benavent (bajo), el guitarrista de Algeciras transformó por completo el sonido jondo, enriqueciendo su instrumentación, sus armonías y mezclándolo con otros sonidos.

    Gracias a esta formación pasearon este género por los mejores escenarios del mundo, abriendo nuevos mercados para una música tradicionalmente española y trabajando como nunca antes en la internacionalización de la guitarra española, llevada mucho más allá del acompañamiento de cantaores.

    Del Sexteto y sus hazañas queda constancia discográfica en dos emocionantes trabajos grabados en directo («Live… One summer night» y «Paco de Lucía & Sextet Live in América») y en un magistral álbum de estudio, «Solo quiero caminar», que sin duda se encuentra entre lo mejor de su carrera.

    Aunque fue durante sus conciertos inolvidables donde el grupo alcanzó sus mejores momentos, Paco de Lucía marcó con «Sólo quiero caminar» una estética definitiva para todo el mundo del flamenco. Una obra que sigue siendo hoy en día uno de los discos más reclamados entre los seguidores de su obra.

  7. «Zyryab» (1990)

    El título de este disco capital en la discografía de Paco de Lucía, «Zyryab», hace referencia al apodo con que se conoció al poeta y músico Abu 'l-Hassan Ali ibn Nafi, que en el siglo IX introdujo en España el laúd persa, principal antecedente de la guitarra.

    Publicado en 1990, este trabajo destacó por el alto nivel de los músicos involucrados en él, en el que se encuentraban genios tan dispares como el pianista de jazz Chick Corea -con el que tambien colaboró en discos como «Touchstone»-, o el guitarra de apoyo, nada menos que Manolo Sanlúcar.

    Paco de Lucía mostró en esta obra un dominio del instrumento como pocos intérpretes lo habían hecho antes, dando una lección de imaginación y técnica impecables. Un ejemplo excelente del lenguaje único del guitarrista, que llenó de creatividad y un increíble sentido del compás y la armonía.

  8. «Cositas buenas» (2004)

    En 2004, tras un silencio de cinco años, Paco de Lucía iniciaba una etapa nueva en su discografía con «Cositas Buenas», que fue calificado por la crítica de «obra maestra». Este disco, al que le siguió una gira internacional con un nuevo grupo formado por los entonces valores emergentes como Niño Josele o La Tana, contenía ocho temas inéditos interpretadas junto a Tomatito.

    En «Cositas buenas», el guitarrista regresaba a los orígenes. Casi todos los temas llevaban cante, como en aquella etapa gloriosa de sus discos con Camarón, de quien precisamente recupera una antigua grabación para este disco: la bulería «Que venga el alba». Tangos, rumbas y bulerías se reparten en un repertorio perfecto en el que, acostumbrado a dar lecciones de ejecución de escalas vertiginosas y picados espectaculares, se decidió aquí a prescindir de todos esos oropeles y entregar un austero y perfecto ejercicio de pasión. Sin artificios.

    Tal fue el éxito alcanzado de nuevo por este disco, que le proporcionó ese año el Grammy Latino a mejor álbum flamenco, pocos meses después de que recibiera el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

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