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ARQUEOLOGÍA

Joyas del arte prehistórico europeo

Lascaux y Altamira son candidatas permanentes al título de Capilla Sixtina del Arte Cuaternario

Cueva de Lascaux, en Francia

JAVIER JAYME

El Comité Director de Cultura del Consejo de Europa concedió en 2010 la distinción de Itinerario Cultural a la candidatura «Caminos de Arte Rupestre Prehistórico» , la cual agrupaba a la mayoría de lugares visitables con cualquier vestigio de arte del paleolítico superior en el Viejo Continente, muchos declarados Patrimonio de la Humanidad. Hoy suman no menos de un centenar de destinos arqueológicos de enorme interés científico, cultural y artístico -y, por descontado, turístico- concentrados principalmente en Europa occidental (sureste de Francia y norte de España) y en determinadas áreas de Irlanda, Escandinavia y la Italia septentrional. Ciñéndonos en exclusiva al arte parietal, cuevas como Lascaux (Périgord), Niaux (Ariège) e Isturitz (Pirineos Atlánticos) en Francia; y Altamira (Cantabria), Tito Bustillo (Asturias) y Ekai n (País Vasco) en España constituyen enclaves prominentes y sobradamente conocidos.

Fue el Hombre de Cromañón el que inventó el dibujo. Ocurrió hace 35.000 años en las riberas del Vézère y del Ardèche, en el citado Périgord. Allí trazó en dos dimensiones lo que veía en realce de tres en la naturaleza: animales, impresiones de manos y también representaciones de sexos de mujeres y de hombres. La cueva de Chauvet , descubierta en 1994, contiene las realizaciones rupestres figurativas más antiguas de Europa, datadas entre el 32.000 y el 30.000 a. C. Poco a poco, el número de cavernas ornadas por aquellos prístinos creadores fue aumentando, a la par que desarrollaban sus concepciones y técnicas artísticas.

Después de Lascaux, las obras estarán muy bien hechas; pero estas son, ante todo, bellas

Al término de este largo aprendizaje, Lascaux expone el conjunto prehistórico más conspicuo de los encontrados . A principios del Magdaleniense, hace 17.000 años, el Hombre de Cromañón la engalanó con una deslumbrante escenografía de pinturas y grabados: toros y caballos, bisontes y ciervos, rebecos y una multitud de signos geométricos aún hoy no descifrados. La realidad anatómica fue alterada con deformaciones muy originales y cuidadas adulteraciones aplicadas de forma sistemática. Se constata también la escultura parietal y el modelado . No hay nada parecido en el arte rupestre descubierto hasta hoy. Se trata de un santuario artístico en sentido literal, ya que carece de área de ocupación; su uso se vinculó exclusivamente a la ejecución plástica.

Lascaux atesora casi la décima parte de las manifestaciones gráficas paleolíticas de Francia. Junto a Altamira, es candidata permanente al título de Capilla Sixtina del Arte Cuaternario. Por su complejidad, por su homogeneidad figurativa, simbólica y arqueológica, emerge hoy como una de las obras capitales del género humano, la del ojo del cazador aliado a la mano del artista. Esta caverna, con sólida legitimidad, ocupa un puesto singular en la trayectoria del arte prehistórico. Después de Lascaux, las obras estarán muy bien hechas; pero en Lascaux son, sobre todo, bellas.

Joyas del arte prehistórico europeo

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