El ultimo informe de la Conselleria de Sanidad determina que la calidad del agua de Alicante no solo es buena, sino que supera en muchos casos los mínimos establecidos para el consumo humano. Así queda expuesto en los resultados de los últimos análisis realizados por Unidad de Sanidad Ambiental del Centro de Salud Pública en las distintas zonas de abastecimiento, supervisando para tal efecto depósitos, canalizaciones y conducciones desde las desaladoras.

En la zona denominada como «Alicante 1», se concluye que tanto los tres depositos de Rabasa como el de Font Calent arrojan resultados dentro de los rangos establecidos en el Real Decreto 140/2003, por el que se establecen los criterios sanitarios, tanto en temperatura como cantidad máxima de cloro residual tras su tratamiento. Tan sólo se indica la necesidad de subsanar una deficiencia: la del depósito de Tabarca, donde se aconseja mejorar las condiciones estructurales del depósito tanto interior como exteriormente, puesto que se encuentra algo desconchado y con crecimiento de vegetación más cerca de lo deseable. De forma general, la cantidad por litro del elemento químico desinfectante fue de 0,96 mg.

También aprueba el área «Alicante 2-Villafranqueza», que se abastece de las captaciones procedentes de los pozos de San Cristóbal, Santa Rita y San Pelayo; Campo de Mirra, Peter, Caudeta, Villena o Novelda.

Protocolo de control

La inspección valora que la empresa gestora, Aguas Municipalizadas de Alicante Empresa Mixta (AMAEM), cuente con un Protocolo de Autocontrol de Abastecimiento y un registro de mediciones diarias para comprobar la concentración de desinfectante residual de manera permanente y regular. De una decena total de depósitos, todos arrojan parámetros dentro de la normalidad. De hecho, la única deficiencia a subsanar es una recomendación para presentar los controles realizados en el grifo del consumidor.

La zona diferenciada como «Alicante 3-Urbanova», en la que están incluidos depósitos como el de Atalayas, Rebolledo o Ciudad de la Luz, tampoco exhibe parámetros fuera de los rangos establecidos. Únicamente se realiza una advertencia similar a la ya indicada en el área anterior, así como la necesidad de que el valor del cloro residual en la acometida del consumidor sea siempre de entre 0.4 y 1 ppm. Algo parecido a lo que ocurre con «Alicante 4-Santa Faz-Playa de San Juan», especialmente en el depósito de Cabo Huertas, con un registro de 1,13 mg/l.

Más deficiencias muestran los depósitos de «Alicante 5-Alcoraya», con 1,37 mg/l de cloro, mayor que el 1,09 mg/l del depósito de Sierra del Águila. Se trata del parámetro más alto de toda la red, todo lo contrario que en Alicante 5-Cañada Moralet, donde se observa un 0,76 mg/l.

Los resultados obtenidos suponen un refuerzo a la política de inversión realizada por Aguas de Alicante. De los cinco millones de euro presupuestados el año pasado, una partida importante estuvo destinada a la modernización e innovación en los sistemas de control, gestión y supervisión del agua por parte de la empresa municipal que se encarga del abastecimiento para la ciudad. No solo a posteriori, sino con análisis en tiempo real que permiten adelantarse a cualquier contratiempo o deficiencia en el suministro susceptible de provocar problemas en el consumo doméstico.

De esta forma, la capital de la Costa Blanca y su área de influencia siguen manteniendo, como viene siendo habitual, uno de los mejores parámetros en cuanto a calidad del agua potable de la Comunidad Valenciana se refiere.