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Patrimonio desconoce la existencia de vasijas iberas falsificadasPatrimonio desconoce la existencia de vasijas iberas falsificadas

La pieza incautada a un anticuario en El Campello permanece custodiada como prueba judicial en la caja de seguridad del MARQ La pieza incautada a un anticuario en El Campello permanece custodiada como prueba judicial en la caja de seguridad del MARQ

MARTA MOREIRA - / MARTA MOREIRA - - Actualizado: Guardado en: Actualidad

«Si no fuese auténtica, estaríamos ante el Messi de los falsificadores». Así ataja el doctor en Arqueología José Luis Simón las dudas manifestadas por algún experto sobre el valor patrimonial de la vasija ibera incautada el pasado 20 de diciembre a un anticuario de El Campello (Alicante).

Las primeras conclusiones alcanzadas por los técnicos de la Dirección General de Patrimonio apuntan a uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la década, tanto por el valor iconográfico de la vasija como por los indicios que arroja sobre la existencia de una necrópolis ibera hasta ahora desconocida.

Fuentes de Patrimonio han mostrado su sorpresa por unas recientes declaraciones recogidas por el diario «Levante», en las que la catedrática de la Universidad de Valencia Carmen Aranegui sugiere que la pieza podría ser una falsificación más de entre las diversas que ha tenido ocasión de conocer durante el último año.

«Ni nosotros, ni el Ministerio de Cultura ni la Guardia Civil tenemos noticia de estas falsificaciones. Si un arqueólogo se ha enterado de algo así era su deber comunicarlo a las autoridades». En estos momentos, la vasija está depositada en la caja de seguridad del MARQ de Alicante por orden judicial hasta que finalice la investigación policial.

El testimonio del detenido será esencial para reconstruir los pasos que siguió la pieza hasta llegar a la tienda de antigüedades. Otra de las pruebas «casi concluyentes» será el análisis de las pastas y la pintura. Si entre los componentes se encontrara algún metal anacrónico con el periodo ibero, como el aluminio, la falsificación quedaría desvelada.

Pero José Luis Simón, después de observarla «durante horas» y de contrastar su opinión con otros técnicos y compañeros de la Universidad de Alicante, duda que ése sea el caso.

«Ni la composición del vaso, ni su forma e iconografía son los propios de una copia. Además, el espesor de 3 milímetros de la pasta y las señales de “cocción sándwich” son muy características de la cultura ibera y difíciles de simular», argumenta este experto. En cuanto el juez lo autorice, la Dirección General de Patrimonio reunirá a un comité de expertos y encargará la elaboración de varios informes externos antes de emitir un dictamen consensuado. El destino definitivo de la vasija será probablemente el MARQ.

«Si no fuese auténtica estaríamos ante el Messi de los falsificadores». Así ataja el doctor en Arqueología José Luis Simón las dudas manifestadas por algún experto sobre el valor patrimonial de la vasija ibera incautada el pasado 20 de diciembre a un anticuario de El Campello (Alicante).

Las primeras conclusiones alcanzadas por los técnicos de la Dirección General de Patrimonio apuntan a uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la década, tanto por el valor iconográfico de la vasija como por los indicios que arroja sobre la existencia de una necrópolis ibera hasta ahora desconocida.

Fuentes de Patrimonio han mostrado su sorpresa por unas recientes declaraciones recogidas por el diario «Levante», en las que la catedrática de la Universida de Valencia Carmen Aranegui sugiere que la pieza podría ser una falsificación más de entre las diversas que ha tenido ocasión de conocer durante el último año.

«Ni nosotros, ni el Ministerio de Cultura ni la Guardia Civil tenemos noticia de estas falsificaciones. Si un arqueólogo se ha enterado de algo así era su deber comunicarlo a las autoridades». En estos momentos, la vasija está depositada en la caja de seguridad del MARQ de Alicante por orden judicial hasta que finalice la investigación policial.

El testimonio del detenido será esencial para reconstruir los pasos que siguió la pieza hasta llegar a la tienda de antigüedades. Otra de las pruebas «casi concluyentes» será el análisis de las pastas y la pintura. Si entre los componentes se encontrara algún metal anacrónico con el periodo ibero, como el aluminio, la falsificación quedaría desvelada.

Pero José Luis Simón, después de observarla «durante horas» y de contrastar su opinión con otros técnicos y compañeros de la Universidad de Alicante, duda que ése sea el caso.

«Ni la composición del vaso, ni su forma e iconografía son los propios de una copia. Además, el espesor de 3 milímetros de la pasta y las señales de “cocción sándwich” son muy características de la cultura ibera y difíciles de simular», argumenta este experto. En cuanto el juez lo autorice, la Dirección General de Patrimonio reunirá a un comité de expertos y encargará la elaboración de varios informes externos antes de emitir un dictamen consensuado. El destino definitivo de la vasija será probablemente el MARQ.

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