No era Manhattan. Tampoco «Sexo en Nueva York», aunque la decoradora de la serie anduviera por allí y Carrie Bradshaw hubiese estado en su salsa. Era la presentación en Madrid del cóctel J&B Manhattan, y allí estaba él. Según los ranking, el cuarto modelo más guapo del mundo: Jon Kortajarena. Vaqueros ajustados, labios impresionantes y mirada seductora. Fuma sin parar y, aunque no es muy de cócteles, a éste no le hace ascos: «Me gustaba la idea de conectar Nueva York con Madrid con esta bebida».
Recién llegado de París, cabeza en Nueva York —donde habita—, y cuerpo en Madrid, este vasco está en la cresta de la ola. Lo último, su participación en el spot, que veremos en septiembre, para la colonia de Carolina Herrera «Carolina 212 bis». Un rodaje «muy duro, ya que todo el trabajo se hizo en cuatro noches». Así que no sorprende su mayor deseo: «Espero, con un poco de suerte, coger vacaciones». Y es que desde que Roberto Cavalli le diese su primera oportunidad —«fue mi primer trabajo y siempre le estaré agradecido»—, no para. Chanel, Giorgio Armani, Dolce&Gabbana, Victorio&Lucchino son sólo algunas de las marcas que lo visten. Además de su reciente paso por «A single man», primer filme de Tom Ford. «Estoy en cada cosa que quiere; siento adoración por Tom. Con él sé que voy a estar satisfecho y contento», explica Kortajarena, y añade: «Además, aunque me siento más seguro como modelo, no descarto otros proyectos, que la vida es muy larga».
Pero aunque sea modelo, asegura que lo que menos le gusta es ir al gimnasio. «Pero me encanta correr y nadar; cuando estoy muy cansado, me despejan la cabeza». Tampoco cree en los ideales de belleza: «Me parecen absurdos». Trabajar tanto con el físico le ha hecho comprender que «es algo que pierde valor». Por eso, aunque le preocupa qué pasará con su carrera cuando él envejezca —«supongo que ver cómo te vas pochando tiene que ser duro»—, no le obsesiona y cree que cada persona «puede enamorar por aspectos diferentes. A
mí me importan más la simpatía, la educacion, la tolerancia o el carisma».
Quizá por eso se le acerquen tantos fans. «Que me paren para hacerse una foto, siempre que sea con respeto, es parte del pack de ser modelo. Lo que me afecta más es salir en las revistas del corazón; no voy a aceptar que mi intimidad pueda estar a la vista de todo el mundo», confiesa. Fugitivo de las revistas, Kortajarena, quien espera volver a Cibeles la próxima temporada, explica que si quieren saber más de él, tienen que asomarse a su página web. «Báilame el agua, fresas, rana, Siddharta, playa Famara...», son sólo algunas pistas. «Me propusieron hablar de pequeñas cosas importantes para mí. Quería hacer de mi web algo personal, estoy muy en contacto y me hace mucha ilusion; pero no tengo Facebook, ni Twitter, ni ninguna red social; detesto todo eso». No era Nueva York, pero con el cóctel de cítricos, vermouth italiano y whisky J&B en mano, y Kortajarena paseándose por la fiesta, Madrid no podía envidiar a la Gran Manzana.