LO suyo no son pantanos ni carreteras. Ana Obregón se ha hecho especialista en inaugurar veranos y de ahí que ayer, con toda la prensa local y nacional desplazada hasta Ibiza, la actriz se colocara delante de las cámaras para dar por inaugurada la temporada estival y regalar a los medios un posado en el hotel Aguas de Ibiza de Santa Eulalia, donde presentó la campaña de unas cápsulas para broncearse.
Con melena suelta, ganas de comenzar una nueva etapa en su vida y sin ninguna demanda en los juzgados —harta de tanta polémica, meses atrás decidió que quitaba todos los procesos abiertos—, Ana vuelve a sus orígenes y promete que perdonar es de sabios, rectificar lo es aún más y olvidar ya ni te cuento. Esa tranquilidad sólo se debe a que sigue soltera y sin amor a la vista y en ese estado, insólito para ella, es donde asegura que hoy se encuentra muy a gusto y sin el estrés que suele acompañarla cuando está con alguien. «Desde hace un año y medio mi única preocupación ha sido estar lo más cerca posible de mi hijo Álex, que acaba de terminar sus estudios en el colegio. Estoy muy orgullosa de él: ha sacado una media de sobresaliente y es un joven muy sano, inteligente, cariñoso y responsable. Está a punto de cumplir 18 años y hace días nos han notificado que entrará en una universidad norteamericana, la tercera mejor, por lo que está feliz. Quiere irse a Estados Unidos y yo le apoyo en todo. Será muy duro para mí, pero ya estoy mentalizándome».
De entrada, y como medida para poder superar el cambio, Ana ya tiene decidido que el próximo otoño lo pasará en Miami, donde está pendiente de firmar una serie para Univisión. «Pero tanto si sale como si no yo tendré un apartamento para poder reunirme con mi hijo los fines de semana, que está a tres horas de Miami», anuncia.
